No podemos rendirnos
No podemos rendirnos,
no ahora que caen en pedazos las alas
todas las alas.
No ahora que rompen en añicos las gargantas,
todas las gargantas.
No ahora que el silencio se esparce por el suelo vencido,
no ahora que masticamos el espanto como si fuera pan enmohecido,
no ahora que las leyes convierten en ruina el ardiente canto, la palabra que edifica.
No ahora que gota a gota,
se desangran los futuros.
No ahora que ojo por ojo,
se arrodilla,
se acribilla,
se asesina,
a los que salen a preguntar,
a los que salen a aullar,
a los que salen con los dientes apretados,
con su rabia a borbotones,
baratos de egoísmo,
preñados de alegría.
no ahora que caen en pedazos las alas
todas las alas.
No ahora que rompen en añicos las gargantas,
todas las gargantas.
No ahora que el silencio se esparce por el suelo vencido,
no ahora que masticamos el espanto como si fuera pan enmohecido,
no ahora que las leyes convierten en ruina el ardiente canto, la palabra que edifica.
No ahora que gota a gota,
se desangran los futuros.
No ahora que ojo por ojo,
se arrodilla,
se acribilla,
se asesina,
a los que salen a preguntar,
a los que salen a aullar,
a los que salen con los dientes apretados,
con su rabia a borbotones,
baratos de egoísmo,
preñados de alegría.
No podemos rendirnos.
No ahora,
no mañana,
hay nombres propios repartidos por las calles
que se niegan a callar,
que se niegan a morir
sin dar la última batalla.
No ahora,
no mañana,
hay nombres propios repartidos por las calles
que se niegan a callar,
que se niegan a morir
sin dar la última batalla.
SILVIA DELGADO
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