Texto titulado “Contra la falsa ilusión de las urnas, tomamos a vida en nuestras manos”, publicado en la página web de la okupa Elea, con motivo de las elecciones del 20 de septiembre.
Cuando el “no” (del referéndum) significa sí, y cuando las fuerzas que están a favor y en contra de los memorandos, como unas marionetas del Capital local e internacional, contribuyen al empobrecimiento violento de la sociedad, el tema no es recurrir a las urnas, sino la organización de nuestra clase, la cual no ha dejado de recibir golpes por parte del gobierno socialdemócrata de Syriza y de su muleta ultraderechista, el partido Griegos Independientes (Anel). Se trata de un gobierno caracterizado por tacticismos reformistas, que en poco tiempo y con gran facilidad ha logrado traer un tercer memorándum, siguiendo los pasos de los gobiernos anteriores que estaban a favor de los memorandos. La manera de pasar (colar) el tercer memorando fue el referéndum de julio, un referéndum falso que atrapó a la gente, que no dejaba lugar ni siquiera a la posibilidad de la ruptura con la Unión Europea, y que lo único que ha logrado ha sido demostrar que el Estado tiene continuación.
El gobierno de Syriza-Anel no surgió por casualidad, sino como una maniobra del capitalismo, que en esta coyuntura temporal y política necesitaba exactamente un brazo ejecutivo semejante. Es un gobierno que se comprometió, entre otras cosas, de reprimir a los y las que no ingirieron sin masticar las esperanzas que estaba predicando. El consenso de esta coalición gubernamental en los dictados de la Unión Europea y su posterior colapso en el campo social han demostrado que el capitalismo no puede ser bueno para la sociedad y que su derrocamiento nunca llegará pacíficamente.
En la coyuntura de la lucha de clases en la que vivimos, el Estado está interesado en fortalecer sus posiciones. Una de las consecuencias de esta necesidad es la convocatoria de nuevas elecciones en un lapso de tiempo de nueve meses. Una vez más, la sociedad es llamada a participar en la fiesta electoral, perpetuando la miseria y consintiendo su saqueo. El objetivo de las elecciones es, entre otros, el afianzamiento del parlamentarismo, el cual últimamente está siendo puesto en duda por una parte de la sociedad cada vez mayor: Es una tendencia cuyos resultados están por ver.
La reproducción de la omnipotencia del Estado burgués presupone, por supuesto, la creación de unas narrativas alternativas institucionales, la cual en forma de partidos y grupúsculos tiene la esperanza de reunir a su alrededor la rabia difundida contra la injusticia social, con unas recetas mal preparadas y procesadas de gestión jerárquica (vertical) de las cuestiones sociales. Aún más útiles para el Estado son formaciones como Aurora Dorada, que en medio de la crisis de los refugiados y el deshilachado del parlamentarismo, encuentra de nuevo un terreno fértil para desarrollar de nuevo su visión neonazi, y modifica su fraseología según las condiciones sociales, recamando el papel del portavoz privilegiado de la rabia de una parte de la sociedad que no tiene conciencia de clase. Los bravucones útiles de Aurora Dorada, purificados después de su reciente absolución por la Justicia burguesa, regresan más fuertes para contribuir a la retórica nacionalsocialista, al debilitamiento de las resistencias de clase y a la embestida del Capital, que está saqueando nuestras vidas teniendo como colaborador e interlocutor principal el Estado.
Nosotros no concebimos las urnas como campo de nuestra acción política. Nuestro deber es fortalecer los frentes de la guerra de clase y social a través de procesos auto-organizados y sin intermediarios, edificando anti-estructuras hostiles al sistema existente. Contra la lógica de la delegación, proponemos nuestras luchas polimorfas, las asambleas barriales, las asambleas de los trabajadores desempleados y precarios, la reapropiación de espacios y tiempos. Organizamos nuestra rabia a través de los sindicatos de clase, las huelgas indefinidas combativas, el sabotaje y boicot económicos al proceso de producción, la ocupación de los medios de producción para las necesidades sociales, la colectivización de la tierra y la expropiación de la propiedad del Estado y de la Iglesia. En una época de resignación generalizada, estamos tratando de hacer revivir el sentido de la comunidad y buscar en común los caminos que conducen a su autosuficiencia y sostenibilidad, de buscar los caminos que conducen a una sociedad como la queremos, sin atraparnos en soluciones prefabricadas. Construimos nuestras anti-estructuras como barricadas contra las estructuras del Estado y la barbarie capitalista. Son unas estructuras anti-jerárquicas y de solidaridad que aplastarán decididamente a los opresores de nuestra vida.
Contra la ilusión falsa de las urnas. Ninguna rendición, ninguna tregua. Fortalecimiento de las luchas de clase.
Fuente: http://verba-volant.info/es/contra-la-falsa-ilusion-de-las-urnas/
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