Por la Autogestión y el Socialismo. Contra el Estado y el Capital.
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sábado, 31 de octubre de 2015
LA CONSTRUCCIÓN DEL PAISAJE COMO REFLEJO DE LO POLÍTICO: SOCIEDADES CONTRA ESTATALES EN TAFÍ DEL VALLE
Jordi López Lillo y Julián Salazar, fueron quienes publicaron a principios de este 2015, los primeros resultados de una arqueología de campo desde la perspectiva anarquista en Argentina, un trabajo de línea clastreana titulado “Paisaje centrífugo y paisaje continuo como categorías para una primera aproximación a la interpretación política del espacio en las comunidades tempranas del Valle de Tafí (Provincia del Tucumán)”, y que se corresponde a un capítulo del libro "Condiciones de posibilidad de la reproducción social en sociedades prehispánicas y coloniales tempranas en las Sierras Pampeanas (República Argentina)", compilado por Salazar y publicado por el Centro de Estudios Históricos Prof. Carlos S. A. Segregui, Córdoba. Argentina. En él, muestran cómo las poblaciones agropastoriles que habitaron el territorio mencionado, se articularon de forma fragmentaria, con la intencionalidad de evitar la centralización del poder político, evitando así la aparición de estructuras de tipo estatista. A continuación podrán leer una síntesis de esta investigación, en la que se destacan los principales conceptos utilizados, su metodología de trabajo y la evidencia que sustenta sus conclusiones.
Restos de edificios circulares en la Reserva La Bolsa (imagen tomada de http://www.lagaceta.com.ar/nota/534556/sociedad/arqueologia-cielo-abierto.html)
En este artículo, comienzan realizando una crítica al posicionamiento tradicional de la arqueología, desde la cual se considera que los pueblos agropastoriles se ven obligados a la adopción de sistemas cada vez más centralizados y jerárquicos, situación que, considerada temporalmente, es un hecho “natural” en todas las sociedades. Observan que estos presupuestos se pueden rastrar hasta Rousseau. A fin de deconstruir estas premisas, comienzan por analizar, según definiciones de los diccionarios oficiales de la lengua castellana, las nociones de “lo apolítico”, “lo impolítico” y “lo político”. Mientras la primera remite a algo ajeno a esta esfera, la segunda refiere a lo políticamente inoportuno. Lo político, finalmente, se ancla en las ideas de “gestión de los asuntos públicos” o simplemente “gobierno del Estado”. El sesgo etnocéntrico de estas definiciones las vería Mair en 1970, al hablar de “gobierno primitivo”, o mejor, “gobierno sin Estado”.
Así, las investigaciones en arqueología y antropología han tendido a despolitizar a las sociedades no estatales, al atribuir “la política” a esas caracterizadas por relaciones de desigualdad, jerarquía y centralización del poder; un invento histórico ocurrido cuando la toma de decisiones comunes se separa de la esfera de la vida cotidiana. Desde este marco, la acción política se restringe a un grupo reducido de personas cuyas actividades se orientan a maximizar la acumulación de “capitales”, por lo que se imagina su gestión bajo fuertes premisas economicistas.
Con su análisis de los grupos amazónicos, Clastres produce un quiebre en la interpretación evolucionista que veía al surgimiento de sociedades estatales como un proceso de complejización de sociedades más simples, apareciendo la necesidad de gestión de la violencia y la política. Con él, la noción de que las sociedades con economía cazadora, recolectora u horticultoras están en un “estadio inferior”, que es “preestatal” o “aestatal”, pasan a ser entendidas como “contra estatales”. Sin embargo, como bien se ha marcado en diversas ocasiones, un uso erróneamente estático de los instrumentos planteados por Clastres puede tornarse tan esencialista e inoperante como lo que él trataba de combatir. No son pocos los casos etnográficos donde se puede ver, en sociedades descriptas en su totalidad como “estatistas” o “contraestatistas”, de prácticas con tendencia opuesta a la general. Así, para Clastres, la explicación de cómo las “sociedades primitivas” podían reproducir su lógica centrífuga de disolución de las concentraciones de poder, era la “guerra extracomunitaria”. Sin embargo, no debe ser difícil observar que ésta no puede actuar sola, si no que se verifica como resultado de un cúmulo mucho más amplio de prácticas y dispositivos culturales, que tienen que ver con la articulación de las nociones de poder y autoridad. Para los autores, el punto de este planteo es la posibilidad de advertirlas en la cotidianidad en la que operan.
En buena parte, la arqueología se asentó discursivamente sobre un paradigma de “asepsia” materialista, en parte a la propia construcción disciplinar. Esto puede explicar las distorsiones esencialistas que la arqueología arrastra desde el siglo XIX centradas en nuestros propios códigos culturales.
Prestando atención a todo lo antedicho, en este trabajo los autores comienzan a desandar ese camino, presentando las bases para un análisis del paisaje aldeano en que habitaron los grupos agropastoriles tempranos del Valle de Tafí (en la actual provincia de Tucumán, Argentina), entre el 100 a.C y el 850 d.C.
Parten de la hipótesis de que la construcción del espacio de estas sociedades ha de reflejar su gestión política, tanto como estar orientada a su reproducción. Si en base a lo dicho anteriormente, ésta se observa más o menos contraestatista, sus elementos centrales pueden mostrarse como escenarios donde se negociarían las tenciones entre las dinámicas centralistas y descentralizadoras, con cambios en los equilibrios de dominancia, pero sin una “dominación vertebradora” de todo el cuerpo social, nada parecido a un “Estado incipiente”. De hecho, la más o menos abrupta desaparición de la tradición Tafí con casi un milenio de existencia, parece mostrar que sus prácticas políticas no buscaban la osificación estatista ni la centralización del poder y la autoridad. Cualquiera fuera el motivo que influyó en la reorganización social hacia la época conocida como Período de Desarrollos Regionales (o Período Tardío), el Estado no fue una solución internamente lógica.
Para comprender el caso de estudio, se hace necesaria una descripción de las poblaciones que habitaron el Valle de Tafí entre el 300 y el 1000 d.C. Estas construyeron cientos de viviendas circulares de piedra, con diversos grados de agregación (o sea, más o menos aglomeradas) en sectores próximos e intercalados a los campos de cultivo y ganadería, configurando un complejo sistema de construcciones, con andenes, terrazas, desmedres, líneas de contención del suelo, etc. Entre ellos, construyeron montículos asociados a monolitos, interpretados normalmente como espacios dedicados a reuniones comunitarias oficiadas por las incipientes elites, a lo largo de un proceso de creciente centralización. Sin embargo, las recientes evidencias cuestionan la escala de este proceso de integración proponiendo la existencia de colectivos de pequeña escala quienes controlaron medios productivos y su reafirmación simbólica mediante la imagen de sus ancestros, permitiéndose así grandes márgenes de acción y toma de decisiones a escala local, formando un espacio social fragmentario y centrífugo. Para entender las claves políticas de estas sociedades se hace necesario profundizar en las consideraciones sobre política, prácticas y espacialidad. Para ello se debe discutir las estructuras de las configuraciones espaciales de los asentamientos, especialmente la distribución de las unidades residenciales, las estructuras de producción y los espacios ceremoniales con el fin de analizar las diversas situaciones de agregación, dispersión, control, centralidad, visibilidad, simetría, etc.
Los autores proponen aquí delinear las primeras claves para aproximarse a tales problemáticas integrando un variado corpus de información que permiten ubicar los sectores de asentamiento, las fuentes de aprovisionamiento de materias primas, las áreas de producción y las vías de comunicación, poniéndolas en relación al poblamiento del período temporal antes mencionado.
La alta visibilidad de las estructuras arqueológicas es una característica del Valle de Tafí. Dichas estructuras de distribuyen, en los espacios aún no antropizados por la acción contemporánea, de manera bastante homogénea y en una gran extensión. La mencionada característica a permitido a lo largo del siglo pasado, la realización de diferentes clasificaciones de estructuras en la suposición de que una coincidencia formal indica coincidencias funcionales y cronológica-culturales. Todas las tipologías, mientras no se sustenten en excavaciones orientadas a obtener buenos fechados, tienden a caer en una idea de sincronía para el período abordado, de casi mil años de duración. Sin embargo, consideran que la arqueología “no invasiva” puede proveer aún mucha información. Por esto, iniciaron en los últimos años un proyecto de topografía intensiva, restringidos a dos parajes del Valle de Tafí: La Bolsa y Carapunto, cuyos resultados sustentan el presente trabajo.
Para poder analizar la gran cantidad de información recabada, se trabajó mediante capas de datos diferenciados en un entorno informático de tipo GIS, que permite el despliegue de análisis espaciales estadísticos relativamente complejos.
Los autores parten del supuesto de que existe en la secuencia de ocupación del valle un momento en el que gran parte de las estructuras visibles estuvieron habitadas. Por decirlo de otro modo, un momento de apogeo. Si bien esto supone un riesgo, permite clarificar las dinámicas que rigieron las estrategias de poblamiento desde la aparición de las comunidades Tafí hasta la conformación del paisaje arqueológico acumulado en torno al 1000 d.C. Para este análisis espacial utilizaron cuatro tipos básicos de entidades constructivas: Estructuras que por su ubicación y dimensiones se interpretan como patios articuladores de viviendas de patrón Tafí (descrito como un patio circular con variable número de habitaciones circulares adosadas); las estructuras interpretadas como habitaciones adosadas a tales patios; estructuras aisladas que por sus dimensiones pudieron haber estado techadas; y estructuras que por su forma o dimensiones generalmente no techables pudieron ser espacios productivos. Esta categorización supuso una base operativa de más de mil entidades arquitectónicas registradas, con cerca de 78.000 metros cuadrados construidos para un área relevada de casi 750 hectáreas.
Dentro de las viviendas de patrón Tafí existe una gran variabilidad en el número de recintos adosados al patio, y a veces entre sí o a otros patios considerados secundarios. Este tipo de esquema podría permitir ensayar el tipo de relaciones que evidencian, más allá del tamaño y número de espacios arquitectónicos, la compleja articulación del espacio doméstico y el grupo humano que lo habitaba. Se considera que estuvieron habitados por un “núcleo familiar”, sin que por ello se defina su composición y características, ya que para analizar las relaciones de parentesco se hace necesario marcos específicos de análisis. En relación a la magnitud de estas unidades, se observó que más de la mitad se ubica en el rango entre 3 a 5 estancias adosadas, con una clara preponderancia de su valor extremo inferior. Los valores superiores e inferiores descienden en términos porcentuales, siendo las unidades más escasas las compuestas por patios con más de seis habitaciones a su alrededor, representando sólo el 14% de la muestra de unidades domésticas para un 9% de la de habitaciones.
Otra característica que puede ser significativa es la ubicación y distribución espacial de estas entidades. Parece fácil de distinguir una tendencia a que las unidades domésticas aparezcan agrupadas en núcleos de mayor o menor entidad y concentración. Ante esto, se pudo aislar cuatro núcleos bastante definidos hacia el norte del valle, y otros cuatro en la mitad sur del área de estudio. En general, las distancias entre una unidad doméstica y otra son siempre mayores a los 400 metros lineales, con un promedio de 1000 metros lineales y algunas llegan hasta los 2800 metros. Teniendo en cuenta la relación con el vecino más próximo, las distancias rondan entre los 400 y 600 metros. Los datos estadísticos muestran que del total de las unidades residenciales analizadas se puede inferir que el poblamiento está extendido por el territorio de forma más o menos regular y condicionado principalmente por la distribución de las montañas. Esta distribución, más o menos homogénea podría estar evidenciando que no prevalece ningún factor de tipo sociopolítico o económico tendiente a la centralización. Así, los núcleos aldeanos resultan en grupos bastante laxos de entidades generalmente dispersas sin predominancia de una sobre otras.
Otra cuestión profundamente analizada en los estudios de arqueología del paisaje es la visibilidad. La “cuenca de visión” desde un emplazamiento determinado, la intervisibilidad entre sitios o “cuenca de visión acumulada” desde un conjunto de ellos, han sido elementos centrales para establecer las bases sobre las cuales pudo haber sido comprendido subjetivamente el paisaje en un momento dado, mostrando patrones de control o relevancia visual. El análisis de las estructuras y la ausencia de construcciones de tipo defensivo para la época estudiada, hace evidente la total ausencia de medidas de protección, permitiendo esbozar un escenario llamativamente pacífico. La cuenca de visibilidad acumulada del total de unidades domésticas muestra unos rangos de intervisibilidad bastante reducidos y homogéneos. Estos datos muestran que, ninguna de las ubicaciones aldeanas poseía control visual destacable sobre el resto, si no que cada unidad era observable solo por las vecinas inmediatas, y además, sólo de los muros exteriores de las mismas. Lo que sí fue observable desde un gran número de locaciones domésticas, fueron los cordones montañosos que las circundan, destacando las Cumbres Calchaquíes. Éstas permiten la articulación mediante “puntos de encuentro” más que mediante “puntos de control”, tornándose hitos del paisaje sólo en la medida en que estos espacios hayan sido utilizados de manera recurrente.
Como se ha visto, el análisis del paisaje en estos términos permite abordar la configuración política de las sociedades que lo habitaron, tarea que si bien es riesgosa se hace necesaria. Hasta el momento, la arqueología se ha enfocado en factores de tipo económico, con el supuesto de la aparición de sociedades agrícolas de creciente demografía y economías intensivas, organizadas en torno a poblados discretos de tipo aldeano que se estructurarían en lugares centrales que representarían posiciones de poder. O sea, se pensaba a las aldeas como espacios centrípetos, polarizados, como la materialización de una estructura social centralizada en una elite incipiente. Nuevas lecturas de estos fenómenos en distintos contextos y escalas de análisis están mostrando que el centro que articula la cotidianidad de las poblaciones no es otro que sus viviendas y espacios de cultivo. La evidencia de Tafí del Valle muestra, en correspondencia a estas ideas, un paisaje centrífugo y continuo, definido por la ausencia de un centro, o mejor dicho por la presencia de tantos centros que hace de su misma idea algo que debe ser replanteado en términos absolutamente diferentes.
En base a lo expuesto, parece ser que el poblamiento pudo haberse dado a partir de la replicación de unidades espaciales similares entre sí, que pueden identificarse con ciertos colectivos sociales que pudieron estar asociados por relaciones de parentesco desde lo doméstico. La distancia más o menos homogénea entre unidades, la continuidad de las ocupaciones y el manejo de espacios de visualización parecen indicar la ausencia de grupos comunitarios de mayor jerarquía, o mejor dicho escala, que la doméstica. Esto no significa que hayan estado ausentes, pero marcan una posible gran flexibilidad de los mismos, apoyada además, en la falta de espacios de control o de centralización de actividades sobre lo doméstico. López Lillo y Salazar consideran que este paisaje fue construido por pequeños colectivos que se hallaban en constante conflicto y negociación, cuyas prácticas no fueron reguladas de forma externa ni coercitiva, si no mediante su capacidad de estructurar colectivos mayores con fuerza de trabajo suficiente para su reproducción a lo largo del tiempo. En esta tensión entre autonomía y necesidad de cooperación se estructuró una población sin poder central sobre el total social. Así, podemos ver que la estructuración del espacio físico refleja un campo político igual de fragmentario como lo son los mismos grupos aldeanos, que a su vez posibilitan la reproducción del paisaje, mostrando una limitación material del poder (entendido como capacidad política individual o fraccional), o dicho de otro modo, su distribución homogénea y fluida en todo el grupo. Todo esto muestra una intencionalidad política por parte de las personas, respecto a que el poder se mantuviera distribuido de forma fragmentaria, evitando la toma centralizada de decisiones, y por tanto del surgimiento de un estatismo incipiente; y resaltando la necesidad de negociaciones mutuas entre los miembros de la sociedad.
Publicado por Leonardo Faryluk
[Grecia] Contra la falsa ilusión de las urnas
Publicado: Domingo, 20 Septiembre 2015 15:00 | Por: V. Volant | Imprimir | Correo electrónico | Visitas: 745
Texto titulado “Contra la falsa ilusión de las urnas, tomamos a vida en nuestras manos”, publicado en la página web de la okupa Elea, con motivo de las elecciones del 20 de septiembre.
Cuando el “no” (del referéndum) significa sí, y cuando las fuerzas que están a favor y en contra de los memorandos, como unas marionetas del Capital local e internacional, contribuyen al empobrecimiento violento de la sociedad, el tema no es recurrir a las urnas, sino la organización de nuestra clase, la cual no ha dejado de recibir golpes por parte del gobierno socialdemócrata de Syriza y de su muleta ultraderechista, el partido Griegos Independientes (Anel). Se trata de un gobierno caracterizado por tacticismos reformistas, que en poco tiempo y con gran facilidad ha logrado traer un tercer memorándum, siguiendo los pasos de los gobiernos anteriores que estaban a favor de los memorandos. La manera de pasar (colar) el tercer memorando fue el referéndum de julio, un referéndum falso que atrapó a la gente, que no dejaba lugar ni siquiera a la posibilidad de la ruptura con la Unión Europea, y que lo único que ha logrado ha sido demostrar que el Estado tiene continuación.
El gobierno de Syriza-Anel no surgió por casualidad, sino como una maniobra del capitalismo, que en esta coyuntura temporal y política necesitaba exactamente un brazo ejecutivo semejante. Es un gobierno que se comprometió, entre otras cosas, de reprimir a los y las que no ingirieron sin masticar las esperanzas que estaba predicando. El consenso de esta coalición gubernamental en los dictados de la Unión Europea y su posterior colapso en el campo social han demostrado que el capitalismo no puede ser bueno para la sociedad y que su derrocamiento nunca llegará pacíficamente.
En la coyuntura de la lucha de clases en la que vivimos, el Estado está interesado en fortalecer sus posiciones. Una de las consecuencias de esta necesidad es la convocatoria de nuevas elecciones en un lapso de tiempo de nueve meses. Una vez más, la sociedad es llamada a participar en la fiesta electoral, perpetuando la miseria y consintiendo su saqueo. El objetivo de las elecciones es, entre otros, el afianzamiento del parlamentarismo, el cual últimamente está siendo puesto en duda por una parte de la sociedad cada vez mayor: Es una tendencia cuyos resultados están por ver.
La reproducción de la omnipotencia del Estado burgués presupone, por supuesto, la creación de unas narrativas alternativas institucionales, la cual en forma de partidos y grupúsculos tiene la esperanza de reunir a su alrededor la rabia difundida contra la injusticia social, con unas recetas mal preparadas y procesadas de gestión jerárquica (vertical) de las cuestiones sociales. Aún más útiles para el Estado son formaciones como Aurora Dorada, que en medio de la crisis de los refugiados y el deshilachado del parlamentarismo, encuentra de nuevo un terreno fértil para desarrollar de nuevo su visión neonazi, y modifica su fraseología según las condiciones sociales, recamando el papel del portavoz privilegiado de la rabia de una parte de la sociedad que no tiene conciencia de clase. Los bravucones útiles de Aurora Dorada, purificados después de su reciente absolución por la Justicia burguesa, regresan más fuertes para contribuir a la retórica nacionalsocialista, al debilitamiento de las resistencias de clase y a la embestida del Capital, que está saqueando nuestras vidas teniendo como colaborador e interlocutor principal el Estado.
Nosotros no concebimos las urnas como campo de nuestra acción política. Nuestro deber es fortalecer los frentes de la guerra de clase y social a través de procesos auto-organizados y sin intermediarios, edificando anti-estructuras hostiles al sistema existente. Contra la lógica de la delegación, proponemos nuestras luchas polimorfas, las asambleas barriales, las asambleas de los trabajadores desempleados y precarios, la reapropiación de espacios y tiempos. Organizamos nuestra rabia a través de los sindicatos de clase, las huelgas indefinidas combativas, el sabotaje y boicot económicos al proceso de producción, la ocupación de los medios de producción para las necesidades sociales, la colectivización de la tierra y la expropiación de la propiedad del Estado y de la Iglesia. En una época de resignación generalizada, estamos tratando de hacer revivir el sentido de la comunidad y buscar en común los caminos que conducen a su autosuficiencia y sostenibilidad, de buscar los caminos que conducen a una sociedad como la queremos, sin atraparnos en soluciones prefabricadas. Construimos nuestras anti-estructuras como barricadas contra las estructuras del Estado y la barbarie capitalista. Son unas estructuras anti-jerárquicas y de solidaridad que aplastarán decididamente a los opresores de nuestra vida.
Contra la ilusión falsa de las urnas. Ninguna rendición, ninguna tregua. Fortalecimiento de las luchas de clase.
Fuente: http://verba-volant.info/es/contra-la-falsa-ilusion-de-las-urnas/
La comida que pisamos (con Josep Pàmies)
youtube.com
En los bosques, jardines y al borde de los caminos, crecen plantas totalmente comestibles que nada tienen que envidiar a las lechúgas, los tomátes o cualquier otra verdura de las que acostumbramos a llevar a nuestro plato. Hay quién les llama malas hierbas, pero esto depende del punto de vista con el que se mire.
En este reportaje de Miquel Figueroa, el agricultor Josep Pàmies nos mostrará una serie de plantas comestibles que crecen alrededor de las tierras que él trabaja. Estas variedades son típicas de un lugar y un tiempo concretos, por lo que, si lo deseamos, cada cual deberá salir en busca de las especies que crecen donde vivimos.
Como dice Josep, este conocimiento puede servirnos en tiempos de crisis, ya que se trata de un regalo de la naturaleza que no nos cuesta ni un céntimo
En este reportaje de Miquel Figueroa, el agricultor Josep Pàmies nos mostrará una serie de plantas comestibles que crecen alrededor de las tierras que él trabaja. Estas variedades son típicas de un lugar y un tiempo concretos, por lo que, si lo deseamos, cada cual deberá salir en busca de las especies que crecen donde vivimos.
Como dice Josep, este conocimiento puede servirnos en tiempos de crisis, ya que se trata de un regalo de la naturaleza que no nos cuesta ni un céntimo
ROBERTO COTELO SUHET
[ENTRADA EN CONSTRUCCIÓN]Galicia (España) 1897 – Montevideo (Uruguay) 1970
“En 1913, en el Patronato de Obreros de la Iglesia de la Aguada
un grupo de muchachos tenía un conjunto dramático y representaban escritos religiosos,
y en uno de ellos, Cotelo, con 16 años, representó un anarquista, Lucifer”
un grupo de muchachos tenía un conjunto dramático y representaban escritos religiosos,
y en uno de ellos, Cotelo, con 16 años, representó un anarquista, Lucifer”
Ya desde joven Roberto Cotelo muestra interés por las cuestiones sociales. Su primera escrito aparece en La Batalla (1915-1927), periódico anarquista administrado por María Collazo y dirigido por Antonio Marzovillo. Tras el inicio de Revolución Rusa, Cotelo se aparta de la ortodoxia de la Federación Obrera Regional del Uruguay (FORU) y junto a otros compañeros constituyen el Comité Pro Unidad Obrera (1922), germen de la anarcosindicalista Unión Sindical Uruguaya (1923).
En 1924, Cotelo conoce a Buenaventura Durruti y el resto de anarquistas que forman el grupo Los Solidarios (Francisco Ascaso, su primo Alejandro Ascaso y Gregorio Jover). Tras varios atracos y fugas a lo largo de México, Perú, Chile y Argentina, planean su salida de América vía Montevideo. Para ello, todos necesitan documentos falsos que les permitan sortear los controles policiales. El nombre elegido para el pasaporte de Durruti será el de Roberto Cotelo.
Durante la dictadura de Gabriel Terra, dirige la página obrera del diario “República” y administra el diario Época, pero cuando ésta los clausura se marcha un tiempo a Buenos Aires y se integra a la redacción de la revista “Crítica”. De nuevo en Uruguay, tienen un papel destacado en una de las mayores huelgas contra Terra, la que organizan en 1934 y durante cuatro meses los gráficos y la prensa opositora. Tras esos hechos, Cotelo entra definitivamente en la lista negra del gobierno.
En febrero de 1936, crea junto a compañeros de militancia como Pedro Tufró o José B. Gomensoro, la revista Esfuerzo, tal vez la más importante de la publicaciones anarquistas habidas en el Uruguay y una de las principales fuentes de información de la revolución libertaria en España. Al cargo de la redacción está el maestro José María Ferreira.
Antes de partir a España, Roberto se casa con Aurora Pedreira, hija pequeña de María Collazo. Establecen su vivienda en la calle Salto, 1235 (Montevideo). Tienen dos hijos, Helios y Primavera.
En un carta escrita en Barcelona el 27 de octubre de 1937 y dirigida a Mariano Rodríguez Vázquez(Marianet) -último secretario general de la CNT hasta el final de la Guerra Civil-, Cotelo explica los detalles de su viaje. Todo empieza cuando recibe un telegrama de Gastón Leval, fechado en Málaga el 16 de noviembre de 1936: “R. Cotelo conteste urgente si está dispuesto a venir. Envío dinero pasaje. Asunto familia arreglamos aquí“. Luce Fabbri y algunos compañeros argentinos (p.ej. José María Lunazzi) reciben otro igual. Cotelo contesta por medio de Tufró -que aún está en Uruguay- preguntando si el llamamiento es a título personal o en nombre de la CNT. A mitad de diciembre llega un nuevo telegrama, que si bien no responde a la pregunta de Cotelo, sí insiste en que emprenda el viaje. Días después, Tufró inicia su marcha a España, llevando una nueva carta de Cotelo que pide más información sobre cómo debe proceder. Antes que Tufró llegue al destino, recibe otro telegrama: “Embarque en el primer buque. Es acuerdo de la organización“. Este resulta definitivo y Cotelo se embarca inmediatamente con destino Marsella en el buque Alsina. Su viaje es costeado gracias al dinero que aporta la Unión Sindical Uruguaya, el Comité de Ayuda a las Milicias de la CNT y la Federación Comunista Anárquica de Argentina (este último es dinero que el propio Leval les envía). Tras unos días en Marsella tramitando la documentación que le permita pasar la frontera, en febrero llega a Barcelona. Rápidamente lo presentan en un pleno de la FAI. Allí se encuentra con algunos de los compañeros que ya había conocido en América, lo cual facilita su rápida integración en los cuadros de organización.
Cotelo pasa a ser miembro del Comité Peninsular de la FAI y secretario junto a Lunazzi de la Consejería de Economía de la Generalitat en el marco del “Decreto de Colectivizaciones y control obrero de las industrias y comercios de Cataluña”, promulgado el 22 de octubre de 1936; también dirige la editorial Tierra y Libertad.
En julio de ese 1937, participa junto a Federica Montseny y González Inestal, en un mitin de la FAI que se celebra en Valencia con motivo de la clausura de un Pleno de Regionales. En esa estancia conoce a la mítica fotógrafa anarquista Kati Horna, que no dudará en retratarle. A penas dos semanas después, participa como orador en otro acto -esta vez en Cartagena (Murcia)- de homenaje a Federica Montseny junto a Isidro Martínez (militante de Barcelona) y la propia Federica.
A finales de 1937, Cotelo regresa a Uruguay y si sitúa al cargo de Oficina de Propaganda CNT-FAI Uruguay.
Según las telegramas disponibles en el Instituto de Historia Social de Ámsterdam (lugar donde se guardan una parte de los fondos documentales de la CNT y la FAI) desde febrero de 1938 hasta -como mínimo- mayo del mismo año, el Comité Peninsular de la FAI junto al Comité Nacional de la CNT, envían documentos de propaganda -folletos, libros, revistas, periódicos, comunicados…- para que sean distribuidos y difundidos por el Uruguay.
En una carta escrita el 23 de enero de 1938, Cotelo da cuenta de las actividades realizadas y de los problemas con los que se están encontrando:
Hemos dado cinco conferencias exclusivamente para compañeros, y daremos todavía tres o cuatro más en las que estudiamos detenidamente los complejos problemas de la guerra y la revolución en España. En general, hay bastante confusión en el ambiente y malas interpretaciones que se nutren de las críticas que llegan desde Francia. Hemos procurado deshacer el error y hemos excluido sin contemplación a algunos de los nuestros que están en una posición francamente derrotista, y que hacen contra nuestras centrales una labor de difamación. Sobre esto no quiero sino mencionarlo, pero si fuese preciso se documentaría con los recortes de prensa que tengo en mi poder. La filial de la AIT, aquí que numéricamente no representa nada, aunque es la organización más vieja del país, es la que lleva la iniciativa a este respecto. Por mi parte he invitado a todos los que están dispuestos a secundar nuestras iniciativas sin condicionar la colaboración a la posición de nuestras organizaciones en España. Creo haber precedido bien, sobretodo porque yo conozco al elemento que vale y rinde en el trabajo efectivo. La “Unión Sindical Uruguaya” ha hecho una nueva remisión de dinero en los momentos que yo regresaba, y es con ellos, con los que pequeños y todo hay que trabajar si queremos que nuestras organizaciones en España no carezcan de un centro de expansión y de afinidad integral. Todo lo que no sea absolutamente ortodoxo, no cuenta ni entusiasma a la gente de la FORU y eso no puede ser en momentos como los que vive la organización en España. Sin embargo, hay bastante gente y, aún en este centro de intransigencia, me cuentan algunos que colaboran en las tareas generales. El movimiento, dentro de lo reducido de nuestras posibilidades, promete ser bueno y de franca solidaridad con nuestros camaradas españoles. Yo entendí así mi deber en este país, y ajusto mi conducta a lo que las circunstancias permiten realizar. Estoy preparando un extenso informe detallando los problemas de España para pedir a los que están en esa posición de intransigencia, y efectivamente contrarias a nuestros intereses, pero que se proclaman intérpretes fieles de nuestro ideal, que rectifiquen su posición y que entren en la colaboración de una acción conjunta, que tanto bien puede reportar para la causa de España e incluso para nuestro propio proletariado. No quiero adelantar criterio de cómo será recibido. Te enviaré, tan pronto como lo haya hecho, una copia para que la entregues a la organización.
Finalizada la guerra y la revolución, Roberto Cotelo no cesa en su militancia. Participa en actividades en la Casa de los Libertarios (años 40), en la Federación Anarquista Uruguaya (FAU), Ateneo del Cerro-La Teja (años 50 y 60), en el Centro de Acción Popular (años 60) y en la breve Alianza Libertaria Uruguaya (ALU) también en los 60. Al mismo tiempo, trabaja como gerente del Sindicato Médico del Uruguay hasta 1957, año de su jubilación. A pesar de ello, no deja el SMU y pasa a ser secretario de la Comisión Administradora de Bienes Inmuebles hasta su muerte en 1970.
——
Referencias bibliográficasDiario ABC, 10.07.1937.
Iñiguez, M. (2008) Enciclopedia histórica del anarquismo español. Ed. Asociación Isaac Puente. Vitoria.
La Libertad (Órgano de expresión del Frente Popular) 27.07.1937.
Cartas y documentos del Instituto de Historia Social de Ámsterdam (Holanda).
Textos y documentos del Sindicato Médico del Uruguay (SMU).
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Historia del trabajo(I): Contrato de maestra en 1923
Publicado el 31 julio 2008 por Pilar Jerico
Table of contents for Historia del trabajo
- Historia del trabajo(I): Contrato de maestra en 1923
- Historia del trabajo(II): Once reglas para contratar mujeres (1943)
- Historia del trabajo(III): Un profesional con talento en 1951
¿Por qué a las profesoras se les llamaba señoritas? La explicación es histórica y proviene del punto primero del contrato citado a continuación, como relata Michael W. Apple, autor del libro “Maestros y textos” (1989) publicado por la Editorial Paidós. En el capítulo 3 se recoge un documento muy interesante: El contrato de maestras en Estados Unidos en 1923. Aunque este texto está en muchos blogs y páginas refiriéndose a España, mucho me temo que su origen es estadounidense.
En cualquier caso, no tiene desperdicio.
Contrato de Maestras – 1923
Esto es un acuerdo entre la señorita ………………………., maestra, y el Consejo de Educación y de la Escuela ……………………………………………., por el cual la señorita ………………….. acuerda impartir clases durante el período de ocho meses, a partir del primero de septiembre de 1923. El Consejo de Educación acuerda pagar a la señorita ……………………. la cantidad de ($75) mensuales.
La señorita………………………….acuerda:
1) No casarse. Este contrato quedará automáticamente anulado y sin efecto si la maestra se casa.
2) No andar en compañía de hombres.
3) Estar en su casa entre las 8:00 de la tarde y las 6:00 de la mañana, a menos que sea para atender una función escolar.
4) No pasearse por las heladerías del centro de la ciudad.
5) No abandonar la ciudad bajo ningún concepto sin permiso del presidente del Consejo de Delegados.
6) No fumar cigarrillos. Este contrato quedará automáticamente anulado y sin efecto si se encontrara a la maestra fumando.
7) No beber cerveza, vino ni whisky. Este contrato quedará automáticamente anulado y sin efecto si se encuentra a la maestra bebiendo cerveza, vino o whisky
8 ) No viajar en coche o en automóvil con ningún hombre, excepto su hermano o su padre.
9) No vestir ropas de colores brillantes.
10) No teñirse el pelo.
11) Usar al menos dos enaguas.
12) No usar vestidos que queden a más de cinco centímetros por encima de los tobillos.
13) Mantener limpia el aula:
a) Barrer el suelo del aula al menos una vez al día.
b) Fregar el suelo del aula al menos una vez por semana con agua caliente y jabón.
c) Limpiar la pizarra una vez al día.
d) Encender el fuego a las 7:00 de modo que la habitación esté caliente a las 8:00 cuando lleguen los niños.
14) No usar polvos faciales, no maquillarse ni pintarse los labios.
1) No casarse. Este contrato quedará automáticamente anulado y sin efecto si la maestra se casa.
2) No andar en compañía de hombres.
3) Estar en su casa entre las 8:00 de la tarde y las 6:00 de la mañana, a menos que sea para atender una función escolar.
4) No pasearse por las heladerías del centro de la ciudad.
5) No abandonar la ciudad bajo ningún concepto sin permiso del presidente del Consejo de Delegados.
6) No fumar cigarrillos. Este contrato quedará automáticamente anulado y sin efecto si se encontrara a la maestra fumando.
7) No beber cerveza, vino ni whisky. Este contrato quedará automáticamente anulado y sin efecto si se encuentra a la maestra bebiendo cerveza, vino o whisky
8 ) No viajar en coche o en automóvil con ningún hombre, excepto su hermano o su padre.
9) No vestir ropas de colores brillantes.
10) No teñirse el pelo.
11) Usar al menos dos enaguas.
12) No usar vestidos que queden a más de cinco centímetros por encima de los tobillos.
13) Mantener limpia el aula:
a) Barrer el suelo del aula al menos una vez al día.
b) Fregar el suelo del aula al menos una vez por semana con agua caliente y jabón.
c) Limpiar la pizarra una vez al día.
d) Encender el fuego a las 7:00 de modo que la habitación esté caliente a las 8:00 cuando lleguen los niños.
14) No usar polvos faciales, no maquillarse ni pintarse los labios.
El magisterio no es un apostolado
17.09.2015 21:28
El discurso de la "vocación", con el que la ministra de educación (?) y cultura (?!) de Uruguay busca provocar una fisura entre, por un lado, los docentes comprometidos con su profesión y con la educación de los niños y, por otro lado -según la lógica maniquea del discurso-, los docentes ambiciosos que sólo pretenden aumentos de sueldo sin esfuerzos a cambio, ha producido un corte en un lugar inesperado: el vínculo entre la militancia sindical y el gobierno de izquierda neoliberal.
Ha circulado por las redes sociales, en los años recientes, un texto con las condiciones de contratación de las maestras en Estados Unidos en el año 1923 [1]. El texto despierta hilaridad pero también incomodidad en quienes ejercemos la profesión docente en Uruguay casi un siglo después: allí se establecían condiciones draconianas de soltería, celibato, prohibición de subirse a automóviles con hombres y lo más significativo, la sumisión de la "señorita maestra" a un poder estatal que se tomaba la atribución de controlar incluso detalles de su vida privada. El maestro es, como enseñaba Durkheim, un modelo moral para los estudiantes y la fuente de legitimidad de dicha moralidad es doble: por un lado y principalmente, el derivado de la certificación institucional y por otro lado el derivado de sus condiciones personales. Ese rol modélico ha rodeado de un aura de respeto a la profesión docente, pero ha sido también, como en el extremo del contrato norteamericano, una fuente de sumisión y pérdida de la autonomía personal, que se ha saldado, entre otras cosas, en la enajenación del tiempo no regulado por el contrato de trabajo. O sea, el tiempo de la familia del docente. Kermeses (que casualmente significa en su origen etimológico "misa"), ventas de tortas fritas, pencas, bailes, festivales, una o dos veces al año para recaudar dinero para el viaje de fin de año de algún grupo de niños de una escuela de barrio pobre o del campo, y diariamente la planificación de actividades, búsqueda de materiales, estudio, corrección de trabajos, elaboración de informes para la derivación terapéutica de los niños. La familia del maestro sabe por experiencia propia que la profesión es de tiempo completo. Pero: ¿es una situación justa y deseable? Por un lado, el compromiso por el bienestar de los niños nos lleva espontáneamente a realizar esos esfuerzos extra horario, pero el punto es que el mismo es requerido no por una necesidad natural o un designio divino, sino porque el Estado y muchas veces tampoco los colegios privados, proveen a los docentes de todos los recursos necesarios para el correcto ejercicio de su profesión. Así, el trabajo extra y gratuito se convierte no en un complemento voluntario, dependiente del deseo del maestro, sino en una condición sine qua non para el correcto desempeño de la función. Se trata de un desplazamiento de la responsabilidad: de la institución que renuncia a brindar los recursos necesarios hacia el docente que, si quiere que el curso funcione adecuadamente y los niños aprendan, se ve obligado a un esfuerzo que viola la más mínima noción de apego a una relación contractual laboral moderna. Lo que resulta, desde el punto de vista del Derecho laboral, más aberrante, es que los inspectores evalúen y califiquen a los docentes (condicionando así sus posibilidades de acceso a concursos de dirección, traslados, etc., es decir, afectando su carrera docente) a partir de la demanda de documentaciones (típicamente corrección de cuadernos, exámenes, carnés de calificación, planificación) que no pueden realizarse en la escuela, en la medida que las 20 horas de trabajo semanal se hacen en presencia de los niños y estando a cargo de su cuidado y educación.
La idea de "vocación" como vínculo espiritual entre una persona y su profesión, poniendo entre paréntesis todos los demás aspectos de su vida, dedicándose con abnegación y negación de su condición de trabajador y persona, es un burdo intento de manipulación y no resiste ningún análisis, y menos una investigación. La docencia no es ni menos ni más vocacional que la medicina, la ingeniería o la tecnicatura en masajes terpéuticos y como en todos los casos, la elección de la carrera responde no sólo a inclinaciones personales relacionadas con la subjetividad del deseo y la identificación con los fines de aquella, sino con la disposición de recursos materiales en el entorno del estudiante joven. No por casualidad Uruguay está lleno de médicos y abogados: son carreras con prestigio social enorme y posibilidades de ascenso social; Malvín es el barrio con más estudiantes de ciencias: allí está la Facultad pública; en el interior hay proporcionalmente más militares, policías y docentes que en la capital: allá hay menos posibilidades de realizar otras carreras. Y si la docencia es segunda opción en muchos casos, o un camino escogido por quienes no han podido sostener otras carreras más prestigiosas y con mayor perspectiva de ingresos, es precisamente porque tiene una bajísima perspectiva de ingresos, amén de una decreciente valoración social. No se trata de la ausencia de vocaciones docentes, sino de un Estado que ha aplastado a la profesión docente.
La medida sindical de los maestros de Montevideo, trabajar "a reglamento", sólo dentro de las 20 horas del contrato, implementada no sin resistencias y no sin discusión interna, tiene una enorme fuerza simbólica y jurídica. Se trata de una jugada política excelente, además. Demuestra con las acciones, que el trabajo pedagógico de los docentes uruguayos se sostiene de modo injusto en un esfuerzo extra-contractual, que debe reconocerse y remunerarse económicamente. Coloca al gobierno en la situación de tener que amenazar con la represión administrativa -que por otra parte no todos los inspectores están dispuestos a efectuar, dada su participación activa en la última huelga- y exponerse a demandas laborales con mucha posibilidad de éxito para los trabajadores docentes. Un aspecto contextual de este conflicto entre el gobierno de izquierda neoliberal y los docentes, es la crisis de la representación de la izquierda: estamos aprendiendo juntos que no se puede delegar en la elite aburguesada de la izquierda empresarial (ni en ninguna otra) la lucha por nuestros derechos, por nuestras condiciones de vida y de ejercicio de nuestro trabajo, así como por los derechos de los niños a una buena educación. Tenemos que hacerlo nosotros mismos y en nuestro lugar de trabajo. Se trata, diría Foucault, de resistir al poder allí donde se ejerce.
[1] Apple, Michael W. "Maestros y textos", 1989, citado en http://www.pilarjerico.com/historia-del-trabajo-contrato-de-maestra-en-1923
Leer más: http://leites.webnode.es/news/el-magisterio-no-es-un-apostolado/
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■ SOCIEDAD Y JUSTICIA
Hay comunidades que son ejemplo de cómo derrotar al capitalismo: Rodríguez
En México existen ejemplos claros de cómo la gente puede organizarse para desarrollarse sin necesidad de recibir apoyos del gobierno, de un partido político o de la iniciativa privada, sostuvo Sergio Rodríguez Lazcano, integrante del equipo de apoyo de la Sexta del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Entre ellos están comunidades indígenas de Chiapas donde ahora están viviendo mucho mejor que antes, pues tienen educación, salud y alimentación, o las de Michoacán y Oaxaca, donde también han encontrado modelos de organización comunitaria para un desarrollo integral.
La información de estas experiencias está integrada en el libro El pensamiento crítico frente a la hidra capitalista, que reúne las ponencias del seminario del mismo nombre que se realizó del 3 al 10 de mayo pasado en el Caracol Oventik, Chiapas, y en el que participaron 56 especialistas tanto de México como de varias partes del mundo.
Este miércoles se realizó la presentación del primer tomo de este libro, pues en los próximos meses se editarán otros dos, en el que participó Sergio Rodríguez Lazcano, quien recordó que en el seminario de mayo pasado “se pretendió expresar que el capitalismo es una especie de monstruo mitológico, que no sirve de nada cortarle solo una cabeza porque le nacen dos, que es necesario atacarle el corazón mismo del animal, y ese corazón es la propiedad privada sobre los medios de producción”.
Lo que se busca, abundó, es hacer un análisis actualizado de lo que está pasando con el capitalismo a nivel mundial y en México y cuáles son los mecanismos de resistencia que se están dando actualmente.
“Nosotros pensamos que es necesario una especie de nueva geografía donde no pueda desarrollarse ese animal y eso que nos da como el punto de entrada a lo que sería la base de sostén de esa idea, es lo que están haciendo las comunidades indígenas de Chiapas, donde sin recibir ayuda del gobierno, de ningún partido político, de ningún sector patronal, viven mejor que antes, tienen 200 escuelas y 500 clínicas”.
De acuerdo con Rodríguez Lazcano, este tipo de modelos se están dando en muchos lugares, incluso en ciudades donde ya se están conformando cooperativas diversas, tanto de consumo como de producción, “en las que hay compras masivas de productos como si fuese una especie de mercado propio y en algunos lugares hay ensayos de volver al trueque, como en Coronago, Puebla, donde los sábados y domingos se practica el trueque bajo la idea de que el dinero no es necesario”.
El problema, observó, es cómo organizar al pueblo para que tenga posibilidades de reproducir su vida a través de tener alimentación, salud y educación, y que esté blindado contra el capitalismo, el cual buscará infiltrarse no solo con dinero, sino con el crimen organizado.
Informó que las presentaciones del libro se están haciendo en todo el país, a la fecha se han recorrido 15 estados.
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